Articulo en el Diario el Sur

Por Rodrigo Luppi San Martín.

Jóvenes de fe cristiana, militantes de partido, simpatizantes de la izquierda y gremialistas. Estas son algunas de las tendencias que marcan a los dirigentes estudiantiles de las principales universidades de la zona.
Su mayor tarea hoy no es llevar a sus electores a las calles para manifestarse en contra de la nueva Ley de Educación, sino canalizar los intereses juveniles en medio de una larga crisis de participación que se demuestra en que el promedio de votantes en sus elecciones fluctúa entre el 25% y el 50%.
Rodrigo Ganter, sociólogo e investigador del departamento de Sociología de la Universidad de Concepción, explica que los dirigentes de hoy se mueven en un tipo de sociedad que experimenta una profunda transformación económica, cultural y tecnológica que también se representa en un cambio en la forma tradicional de hacer política.
Aunque las federaciones parecen estructuras tradicionales, la situación ya no es la de los años `80, en que toda la acción política pasaba por los partidos políticos.
Ganter señala que esto ha desestabilizado las orgánicas tradicionales del accionar político, surgiendo nuevos antagonismos y nuevos actores en el dicho quehacer, que van poniendo en escena otros formatos de participación más “horizontales” y más cercanos a las lógicas de las “redes sociales”, pudiendo observarse una coexistencia de distintas manifestaciones de lo político. Ellas abarcan desde lo más tradicional hasta las manifestaciones más emergentes, que hoy en día van adquiriendo mucha notoriedad y fuerza entre diferentes tipos de jóvenes.
Las y los dirigentes estudiantiles se enfrentan a un mundo en permanente cambio, agrega, y se toma cada vez más conciencia que la participación -sobre todo política- ya no pasa única y exclusivamente por lo que se conoce como el modelo clásico de representación y comunicación “vertical”, aunque aún se pueda identificar cierta etiqueta partidista en alguno de los dirigentes.
Así, por ejemplo, ocurre con ciertas estructuras de participación como las asambleas en la UdeC; en la UBB su nuevo presidente estudiantil viene de una dinámica en que no son los partidos políticos, sino los centros de alumnos los que llevan la voz cantante. Y en la U. Católica de la Santísima Concepción, el recién electo presidente dice que está lejos de la militancia y de identificarse con los partidos políticos.
Rodrigo Ganter aclara que la aparente apatía que deben enfrentar estos nuevos dirigentes es parte de este cambio generacional y de mentalidad.
No significa que estos jóvenes sean menos ciudadanos: “no hay nada más político que esta supuesta apatía frente a los discursos tradicionales”.

Dirigentes

Los dirigentes universitarios coinciden en que este año los motivos de conflicto no estarán en el financiamiento de las carreras universitarias.
Esta vez, el tema será discutir sobre el mejoramiento en la calidad de la enseñanza superior y en cómo ocupar los espacios que entregue el gobierno para ello.
Esta semana ya tendrán una marcha a la que se ha convocado a las federaciones de estudiantes, lo que marcará, posiblemente, el tenor de las movilizaciones del resto del año.
Otro tema pendiente es el del pase escolar, cuyo precio para la provincia de Concepción aún no se ha definido con claridad y ha provocado fuertes y varias protestas entre los jóvenes.

Bien común

Fernando Caro. Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad del Bío Bío.
Resultó electo en segunda vuelta, no tiene militancia política y, en cambio, recoge su experiencia de la del Centro de Alumnos de Ingeniería Civil Informatica, carrera en la que cursa el tercer año.
Hoy cree que las federaciones que participan en la Confederación de Estudiantes de Chile son poco independientes y muy politizadas. Estima que la mayoría está con la Concertación, el PC u otras organizaciones de izquierda. Aunque comparte las críticas generales que hace la Confech al sistema, la mirada de Fernando es más independiente.
Dice que su formación está marcada por su familia, el trabajo solidario y ser católico.
Estudió en el Colegio Padre Hurtado (Chillán) y está convencido de que hoy no importan los partidos, sino el bien común.